“LLAMAMIENTO A LA CORDURA”
Este Post está destinado a comentar el documental “Fashion Victim”, que pudimos visualizar en clase de FORMACIÓN Y ORIENTACIÓN LABORAL, sobre la explotación laboral de las trabajadoras de cientos de fábricas camboyanas (muchas de ellas con la edad mínima que en su país se exige para poder trabajar, es decir, 15 años)
Y hablo de “Explotación”, acusación grave, porque en la entrevista a la trabajadora, protagonista del documental, se hace referencia a datos objetivos (sueldo y horario laboral, ausencia de vacaciones, horas extras…). Sus salarios no son ni la cuarta parte de la propina que puede dejar cualquier acaudalado empresario, en cualquiera de los restaurantes de lujo que frecuente; eso sí, con dinero que, en mi opinión, no le pertenece.
Dicho dinero, pertenece a todas los trabajadores/as que, por no tener formación ni información, y por nacer en un lugar que no se elige, se rencuentran en una situación en la que cualquiera se alarmaría; en cambio, ellas lo viven como algo muy natural y muy normal, y sobre todo como el pan que les da de comer.
Una dictadura en el trabajo, sin salarios dignos, sin vacaciones, una jornada laboral bastante al margen de la legalidad, y todo ello regulado por Los Jefes del Mundo; aquellos que, ahorrándose más de la mitad de los salarios y aprovechándose de la necesidad existente, reducen al máximo a la persona y le sacan el mayor beneficio al fruto de su trabajo, así es como se consiguen millones de euros, explotando y haciéndose tiranos en un lugar en el que prima la necesidad y con poco todo vale.
Y me llamó la atención la parte del documental, en la que el reportero les muestra a cuatro trabajadoras una camiseta que está fabricada en sus lugares de trabajo, valorada con precio de venta al público en los establecimientos comerciales del otro lado de su mundo, es decir el mundo occidental, en 50 €. La respuesta de las jóvenes, ante tal información, es que animemos a la gente de “nuestro mundo” a seguir comprando, para así ellas poder tener trabajo.
¿Cómo podemos permitir que una niña en cualquier capital europea pueda comprar ropa por el coste de 100 € en un día, cuando esta misma cantidad es la que gana una niña camboyana en un mes fabricando cientos de miles de camisetas, pantalones, etc?
La culpa no es de esas niñas, ni de las cincuenta colecciones que pueden llegar a sacar ciertas marcas a lo largo de un año, sino del capitalismo en su cara más salvaje, que nos ha invadido!
La culpa es de personas, de personas sin ética, sin moral y sin entrañas, que exprimen a otras, haciendo crecer su patrimonio a costa del trabajo de algunos trabajadores. En esta parte del mundo somos privilegiados (o eso nos quieren hacer ver), porque somos los que consumimos exceso, con ropa colgada en el armario con la etiqueta puesta; deshaciéndonos de ropa como es del año pasado, ya no nos sirve!
HAGO UN LLAMAMIENTO A LA CORDURA a todos aquéllos que me lean, porque uno solo no puede cambiar el mundo; y, no siendo cínicos y reconociendo que a todos nos gustaría tener disponibles unos cientos de miles de euros, no podemos perder el rumbo y debemos aplicar el sentido común. Y éste no puede ser otro que ser conscientes de que el dinero hay que ganárselos con trabajo digno. Percibiendo un salario acorde al puesto que desempeñamos!
Pero ello no será posible mientras los organismos nacionales e internacionales no controlen ni supervisen la actividad empresarial de aquellas empresas que no ven que sus trabajadores tengan las mismas necesidades que ellos, y que únicamente vean billetes en lugar de vida, alma, corazón…
Repito…HAGO UN LLAMAMIENTO A LA CORDURA…
Inma Pérez Artés
(Alumna de 1º Educación Infantil. FOL)