A mediados de marzo nos comunicaron que para contener la propagación del virus se cerraban las aulas. Así, de un día para otro. Dejábamos a un lado las clases presenciales, el vernos físicamente cada mañana, el compartir tiempo y espacio profesores-alumnos…
Pero en muy poco tiempo, nos pusimos manos a la obra para abordar esta nueva situación de la forma más rápida y con la mayor calidad posible. Entre todos, profes y alumnos, teníamos que sacar a la luz nuestra versión 2.0
No perder el contacto y “estar ahí” es un gran reto que juntos estamos afrontando con nuestras competencias digitales. Hemos cambiado el llamar a la puerta y escuchar “Buenos días, ¿puedo pasar?” por un “Ring, ring del teléfono”; o un “Voy a buscarte en la hora de tutoría” por “Te escribo un correo con las dudas que tengo para que me las resuelvas”; o un “Llevo unos días que te veo despistado, ¿te ocurre algo?” por un “Ayer no hubo buena conexión por videoconferencia y no pude escuchar bien lo que querías decir, ¿hablamos por teléfono?”…
El virus y esta situación excepcional solo han podido cambiarnos las herramientas y los escenarios.
